
Sentir la presencia de un ser querido fallecido: significado y cómo abordarlo
Muchas personas, tras haber sufrido una pérdida, afirman haber sentido la presencia de un ser querido fallecido de distintas formas: un aroma familiar, una sensación de compañía en silencio o incluso un recuerdo vívido que aparece de improviso. Estas experiencias generan dudas y preguntas como qué significa sentir la presencia de un ser querido fallecido o si realmente se puede sentir la presencia de un familiar fallecido. Lejos de ser algo extraño, es una vivencia que tiene explicación y que forma parte del proceso de adaptación a la ausencia.
¿Qué significa sentir la presencia de un ser querido fallecido?
Sentir la cercanía de alguien que ya no está físicamente suele interpretarse como una manera en la que la mente y el corazón tratan de mantener vivo el vínculo con esa persona. No siempre implica un fenómeno sobrenatural; en muchos casos, es una manifestación emocional del duelo. Reconocerlo como parte de este proceso ayuda a integrarlo de manera sana, sin miedo ni culpabilidad.
¿Por qué se puede sentir la presencia de un familiar fallecido?
Existen varios factores que explican por qué muchas personas atraviesan este tipo de experiencias tras una pérdida.
Intensidad del vínculo emocional
Cuanto más fuerte era el lazo con el ser querido, más posibilidades hay de que la persona experimente recuerdos, sensaciones o pensamientos que lo hagan sentir presente en la vida cotidiana.

Proceso natural del duelo
El duelo es un proceso complejo que incluye fases emocionales intensas. Durante este camino, es habitual que la mente recree momentos compartidos, evocando sensaciones tan vívidas que parecen reales. Estas percepciones no deben generar alarma: son parte de un proceso natural en el que la mente busca adaptarse a la nueva realidad sin la presencia física de esa persona.
Subconsciente y recuerdos sensoriales
Un olor, una canción o un lugar concreto pueden activar memorias profundas. Estas señales del entorno hacen que el recuerdo de la persona aparezca con fuerza, como si estuviera a nuestro lado. A menudo ocurre de manera espontánea, ya que el subconsciente conecta de inmediato con experiencias pasadas, trayendo de vuelta emociones muy intensas que se sienten actuales.
Creencias personales
Las creencias espirituales o religiosas también influyen. Quienes mantienen una fe más profunda suelen interpretar estas experiencias como un signo de cercanía espiritual, mientras que otros lo entienden como un mecanismo psicológico de consuelo.
¿Qué tan común es sentir la presencia de un ser querido fallecido?
Lejos de ser un fenómeno aislado, es una vivencia muy frecuente. De hecho, estudios sobre el duelo han mostrado que una parte significativa de las personas afirma haber experimentado esta sensación. En fechas señaladas —como aniversarios, cumpleaños o festividades— la experiencia puede intensificarse. En esos momentos, la memoria y la emoción se unen, provocando que la presencia del ser querido se sienta más cercana.
En algunos casos, estas vivencias se relacionan también con los sueños. Por ejemplo, soñar con un cementerio puede despertar emociones y sensaciones que conectan directamente con la idea de mantener un vínculo con quien ya no está.
¿Cómo lidiar con sentir la presencia de un ser querido fallecido?
Estas experiencias pueden ser reconfortantes para algunos y difíciles de manejar para otros. Lo importante es abordarlas con serenidad, entendiendo que forman parte del proceso de duelo.
Aceptación emocional
Aceptar la experiencia sin juzgarla ayuda a integrarla de manera natural. No es necesario buscar explicaciones inmediatas: cada persona lo vive de forma única, y darle espacio a la emoción puede ser positivo.
Apoyo en grupos de duelo
Compartir estas vivencias con otras personas que atraviesan situaciones similares puede aliviar la sensación de extrañeza. Los grupos de apoyo, así como la ayuda psicológica, permiten dar un marco seguro para expresar lo que se siente.
Escritura y meditación para expresar sentimientos
Escribir recuerdos, emociones o sensaciones relacionadas con la persona fallecida puede ser una forma sanadora de liberar lo que se lleva dentro. La meditación guiada también facilita un espacio de calma para aceptar estas vivencias.
