
Origen e historia de la cremación en distintas culturas
Conoce con Roques Blanques la historia de la cremación. Te contamos su origen, así como las influencias culturales y religiosas que han marcado su evolución a lo largo de los siglos.
Orígenes antiguos de la cremación
Algunos registros apuntan que ya en el Neolítico, hace 17.000 años, se dieron lugar las primeras cremaciones en el litoral mediterráneo. No obstante, la historia de la cremación humana se remonta al período comprendido entre los años 2200 y 750 antes de Cristo, es decir, en la Edad de Bronce. Existen evidencias de que la cremación es una práctica milenaria, cuyo origen se encuentra en la península griega, consistente en quemar a una persona fallecida.
Los antiguos griegos tenían la creencia de que, al quemar el cuerpo, el alma de la persona fallecida se purificaba y se desprendía de su forma terrenal para llegar más rápido a su destino final.
Con el imperio romano, esta práctica se extendió por Europa, y de ahí nació, precisamente, el término actual: cremación procede de crematio, que en latín significa quemar o incinerar.
Posteriormente, hubo varias etapas dispares en la historia de la cremación. Ya en la Era Moderna, los higienistas impulsaron la cremación como la mejor opción por cuestiones sanitarias. En 1873 se presentó en Viena una cámara de cremación creada por el profesor Paduano Brunetti y ese movimiento fue apoyado desde Gran Bretaña por el entonces cirujano de la reina Victoria, Sir Henry Thompson.
En 1874 se construyó el primer crematorio en Pensilvania (Estados Unidos), y cuatro años más tarde llegaron los primeros crematorios a Europa (concretamente, a Alemania e Inglaterra).
La cremación en diferentes culturas y religiones
Durante la Edad del Hierro, la inhumación volvió a imponerse a la cremación por cuestiones principalmente religiosas. El hinduismo la eliminó, igual que el cristianismo, lo que hizo que en el siglo V la cremación desapareciera de Europa.
Esta práctica se retomó como una especie de castigo de la Iglesia Católica a los herejes durante la Edad Media y, con ese mismo fin, se empezó a aplicar también tras la Segunda Guerra Mundial. Un ejemplo de ello fue la cremación de los doce condenados por crímenes contra la humanidad en los Juicios de Núremberg.
En 1963, el papa Pablo VI abolió la prohibición de la cremación en la religión católica y, tres años más tarde, permitió a los sacerdotes oficiar ceremonias de cremación.
A lo largo de la historia de la cremación, la influencia religiosa ha sido clave. La religión judía prohíbe esta práctica y, aunque la católica ya no lo hace, aboga más por el entierro como la mejor elección. En el Islam, la cremación está totalmente prohibida, ya que se considera una falta de respeto con el cuerpo humano. Y, en el lado contrario, el hinduismo y el budismo obligan a la cremación.
Evolución de la cremación en España
La influencia religiosa ha sido un factor determinante en la historia de la cremación en España. No fue hasta 1973 cuando se inauguró el primer horno crematorio en nuestro país. Se instaló en el Cementerio de La Almudena, en Madrid, y aquel año ya realizó un total de 43 cremaciones.
A principios de los años ochenta, la tasa de incineración en España no alcanzaba el 2% del total de fallecimientos, aunque la tendencia ha sido de crecimiento hasta nuestros días.
En la actualidad, la cremación supone una media del 40%, una cifra que se queda muy corta en algunas capitales de provincia, donde se registran hasta un 70% de cremaciones respecto al total de fallecimientos.
La diferencia está, por tanto, en los entornos rurales, donde el entierro tradicional sigue siendo la opción preferente.
La cremación en la actualidad
En la historia de la cremación más reciente, esta opción se ha convertido en una práctica cada vez más común. Las razones principales que explican esta tendencia son económicas y medioambientales, ya que el precio de la cremación suele ser más barato y es una elección más ecológica en comparación con los servicios funerarios tradicionales.
Muchas familias optan por la sencillez (que va ligada al ahorro) y por depositar las cenizas de sus seres queridos en lugares especiales.
La influencia religiosa vuelve a tener peso en la evolución de la cremación. En el catolicismo, después de levantar la prohibición a esta práctica, se establecieron ciertas condiciones y normas a seguir. En 2016, la doctrina católica estableció que las cenizas no deben esparcirse, dividirse ni guardarse en el domicilio particular, y tampoco hacer joyas con ellas. Se recomienda que se lleven a un cementerio.
Aparte de cuestiones religiosas, el aspecto sanitario también ha sido clave en los últimos años. En 2020, debido a la pandemia, la cremación se convirtió en la opción más eficaz para evitar contagios.
Impacto de la cremación en las prácticas funerarias modernas
En la historia de la cremación también hay una evolución hacia prácticas cada vez más sostenibles. ¿Qué es la cremación y cómo se hace? El proceso se realiza con métodos y tecnología cada vez más innovadores. Los actuales hornos crematorios son más ecológicos y minimizan el consumo energético. Además, se emiten menos gases contaminantes gracias a sistemas de filtración de partículas avanzados.
También se ha conseguido reducir el tiempo necesario para llevar a cabo el proceso de cremación, por lo que es posible entregar las cenizas a las familias de una forma más rápida.
Del mismo modo, lugares como Roques Blanques ofrecen espacios únicos a las familias para el recuerdo de sus seres queridos. Tras el proceso realizado en nuestro crematorio en Barcelona, contamos con distintas opciones ecológicas entre nuestros servicios funerarios.
Y es que, en la historia de la cremación, se ha progresado en la medida que ha ido creciendo la preferencia de las familias por esta opción.