
Diferencia entre inhumación y cremación: Cómo elegir adecuadamente
Aunque cada vez más personas dejan constancia de sus deseos sobre qué debe hacerse con ellas tras fallecer, muchas terminan haciéndolo sin haber especificado sus preferencias. Esto deja a sus familiares con la difícil tarea de decidir entre inhumación o cremación sin tener muy claro por qué decantarse.
Además, muchas personas no tienen claro qué opción prefieren para sí mismas. Por eso es importante conocer cada diferencia entre inhumación y cremación, para poder tomar la mejor decisión posible, sabiendo con certeza que se está acertando con la elección.
¿Cuál es la diferencia entre inhumación y cremación?
La inhumación y la cremación son dos procesos muy diferentes.
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La inhumación, también conocida como entierro, implica colocar a la persona fallecida en un ataúd y enterrarla, bien en el suelo o en un nicho de un cementerio, y se trata de un método de sepultura aceptado por la mayoría de las religiones.
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Por otro lado, la cremación reduce el cuerpo a cenizas tras introducirlo en un horno crematorio a temperaturas entre 88 y 1000 grados. Este proceso no implica descomposición, y las cenizas que se obtienen pueden ser guardadas en una urna o esparcidas en un lugar con significado para la familia, aunque también puede recurrirse a la inhumación de las cenizas en instalaciones como las que ofrecemos en el Cementerio Comarcal Roques Blanques.
¿Qué implica el proceso de inhumación?
La inhumación comienza con el aseo y la preparación del fallecido. Luego, se le coloca en un ataúd y se lleva al cementerio, donde es enterrado en una tumba o nicho.
En nuestro país, la normativa exige que los entierros se realicen en cementerios habilitados para ello. Una vez llevada a cabo la inhumación, la persona fallecida pasa por un proceso natural de descomposición que puede durar entre 15 y 50 años en función de factores como el tipo de ataúd y las condiciones del terreno.
Además, si lo desean, las familias pueden construir un monumento o lápida sobre la tumba para recordar y honrar a su ser querido.
¿Cómo se realiza el proceso de cremación?
La cremación es un proceso controlado que se realiza en hornos crematorios especialmente diseñados para este propósito.
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El cuerpo se introduce en el horno, donde se expone a temperaturas muy altas, de entre 800 y 1000 grados. El proceso puede durar entre 2 y 5 horas.
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Los restos se pulverizan hasta convertirse en las cenizas que posteriormente se entregan a la familia del difunto en una urna.
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Las cenizas pueden ser esparcidas, enterradas o guardadas en un columbario.
Ventajas y desventajas de la inhumación y la cremación
A la hora de elegir entre inhumación o cremación, es importante analizar los beneficios y posibles inconvenientes de cada una de estas opciones.
Optar por la inhumación, por ejemplo, proporciona un lugar de descanso fijo que los familiares pueden visitar, lo que supone contar con un espacio físico en el que poder recordar y honrar la memoria de la persona fallecida. Además, para muchos es un proceso mucho más natural que la cremación.
Sin embargo, la inhumación es más costosa que la cremación, ya que a los gastos típicos, como el del ataúd, hay que sumar los de los derechos de inhumación y el mantenimiento del lugar de entierro. A esto hay que sumarle que los cementerios, sobre todo en las grandes ciudades, pueden quedarse sin espacio, así como que los familiares que están lejos del lugar de inhumación pueden tener complicado desplazarse hasta allí.
En cuanto a la cremación, es más económica que la inhumación y permite una mayor flexibilidad a la hora de decidir dónde reposarán los restos de la persona fallecida. Además, la cremación es un procedimiento rápido.
Ahora bien, debe quedar claro que este método no permite conservar restos de ADN y, desde el punto de vista ambiental, que el proceso genera emisiones contaminantes.
Teniendo esto en cuenta, estamos seguros de que tendrás mucho más sencillo elegir qué prefieres para tus seres queridos o incluso para ti.
Legislación y normativas locales sobre inhumación y cremación
En España, tanto la inhumación como la cremación están reguladas por normativas específicas.
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Para la inhumación, el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria (Decreto 2263/1974) establece los requisitos administrativos y sanitarios que deben cumplir los cementerios y las empresas funerarias. Un ejemplo de ello es que las inhumaciones solo pueden realizarse en cementerios autorizados y requieren certificados de defunción y permisos del Registro Civil.
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En cuanto a la cremación, además del reglamento mortuorio, es necesario cumplir con la Ley 20/2009, que regula los aspectos ambientales y sanitarios. Esto significa que únicamente los crematorios autorizados pueden realizar este proceso, y que es imprescindible obtener permisos del Registro Civil y respetar las normativas ambientales.
Factores adicionales a considerar al elegir entre inhumación y cremación
La elección entre inhumación o cremación depende de aspectos como los que detallamos a continuación.
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Algunas religiones no ven la cremación con buenos ojos.
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La cremación suele ser más barata que la inhumación, ya que los costes de mantenimiento y espacio son muy inferiores.
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La cremación contribuye a prevenir la masificación de los cementerios.
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Para muchas personas, pensar siquiera es estar dentro de un nicho, o enterradas bajo tierra, les genera angustia y claustrofobia.
Sea cual sea el motivo que te lleve a decidirte por uno u otro proceso, conocer cada diferencia entre inhumación y cremación hará que lo tengas mucho más sencillo a la hora de escoger.